Iniciamos y nos adentramos en una nueva Cuaresma, tiempo de oración, reflexión y preparación para la pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor.

También es momento de reencuentro y reconciliación con el prójimo, de arrepentirnos de nuestros pecados y comprometernos a mejorar.

Aprovechemos este tiempo de Gracia. Abrámonos a nuestro Señor Jesucristo.