Así se nos presenta nuestra Titular, la Virgen de la Estrella, vestida de "luto", permaneciendo así durante el mes de noviembre, en recuerdo de todos los difuntos; en especial a los fallecidos por motivos del Covid-19; y particularmente por todos nuestros Hermanos fallecidos.
Estas vestiduras con que se las cubre, pertenecen ya a la iconografía popular que hemos asumido como la indumentaria más acorde con la profunda tristeza del prototipo representado, expresión de dolor por los seres queridos, expresión cristiana del luto, la belleza del rostro de nuestra Madre de la Estrella, resalta con la sobriedad de su atuendo durante este mes de noviembre. Nuestra Madre nos recuerda de esta forma nuestro deber como católicos de orar por nuestros familiares y Hermanos difuntos; con la esperanza de gozar todos ellos de la compañía del Padre.
Dar las gracias unas vez más a David Pérez Gavilán, por sus manos al vestir a nuestra Madre.
"Dale, Señor, el descanso eterno y brille para ellos la luz perpetua"